Abril de 1813 en nuestra Historia
210 años del Congreso de abril
Sesiones oficiales: los días 8 – 13 – 20
Inicia en nuestra Historia el camino a la Democracia.
Inició sus funciones en el alojamiento de Artigas, en una casa-quinta de Sainz de Cavia, en extramuros (Montevideo en poder de los españoles), paraje Tres Cruces (le da nombre al Congreso). Para ubicar: hoy está el Hospital Británico.
La convocatoria fue realizada por Artigas, jefe gaucho que inició la Revolución Oriental (febrero 1811) mediante un levantamiento de un “pueblo en armas”, en el medio rural con forma de “montonera gaucha” dirigida por caudillos criollos, contra 500 años de dominio colonial español. Es parte de la Revolución Hispanoamericana, a su vez, sus comienzos en el Río de la Plata, se inició con la Revolución de mayo de 1810, en Buenos Aires, a la que adhirió el movimiento de los orientales en febrero de 1811 (fecha oficial).
Artigas fue un criollo que asumió la conducción militar primero y luego civil. Su objetivo, expresado muchas veces, era que los pueblos asumieran su soberanía, que fueran dueños activos de sus derechos a elegir su destino, lo dijo: “La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada como único objeto de la Revolución”. Pero de nada valen los triunfos militares (como el de la Batalla de las Piedras y la toma de pueblos), si después no están claros los caminos a seguir. La Revolución de mayo tomaba proyectos erráticos: hegemónica, en manos de las clases altas, políticas centralizadas, sin preocuparse por dar participación a las clases populares, ambigua en cuanto a las Instrucciones que sustituirían al régimen que intentaba abolir, peor aún, llegó a mantener la monarquía. Eliminados los planes de Mariano Moreno, se estaba centralizando en poder oligarquías patricias. Era sustituir el régimen español por el de dirigentes de la capital del Virreinato.
En época conflictiva (1812-13) se resuelve convocar a una Asamblea Constituyente que se reunía en Buenos Aires. Ordenar a las Provincias integrantes del ex Virreinato que la reconocieran como soberana y enviaran diputados, la Provincia Oriental, como parte de las que eran convocadas. Obligados, siempre, a la obediencia, sí empezaba a expresar madurar la necesidad de cambiar, que los pueblos participaran, se expresaran. Se suceden las primeras Asambleas Orientales, el Éxodo, la estadía en el Ayuí, los conocidos desacuerdos con los militares bonaerenses…. Se va entendiendo y expresándolo; que las libertades de las personas poco preocupaban a ciertos sectores de la Revolución, que ella abarcaba, también, a grupos menos privilegiados: indios, mestizos, esclavos, criollos pobres. Que el “nuevo régimen” que se estableciera se basara en la igualdad ante la ley, que constituyera, que el rechazado régimen monárquico fuera sustituido por la República Constituida, porque el único soberano es el pueblo. En síntesis: que muera el súbdito y nazca el ciudadano. Como dice Ana Ribeiro: “Enfrentar a la Monarquía partió en mil pedazos las reglas, los límites, las obediencias”.
Artigas lo dice en 1812 en correspondencia a Sarratea: “La cuestión es solo entre la libertad y el despotismo”. En la Instrucción N° 18 expresa: “El despotismo será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los pueblos”. El artiguismo es radical: constituciones escritas, elaboradas por y para el pueblo. Dicen Caetano y Rilla en su libro “De la colonia al Mercosur”, que Artigas fue un “conductor conducido” porque en sus comienzos revolucionarios empezó ofreciendo sus servicios a la Junta de mayo para levantar en armas a la Banda Oriental (aún no tenía jerarquía de Provincia), pero el devenir indefinido de Buenos Aires lo obligó a transformarse en conductor, llevado por su pueblo que lo nombra jefe (10 de octubre), lo siguen en el Éxodo y lo consultan en asambleas en las que expresan la aspiración de asumir su destino de político, más allá del militar, en un proyecto embrionario de integración civil. El conductor en la lucha armada se vuelve conducido por la confianza de su pueblo, en estadista e ideólogo, con serena madurez, clara inteligencia y pleno conocimiento del pueblo que conduce. A diferencia de otros dirigentes de la Revolución que habían estudiado en Europa, en las altas esferas y volvían inspirados en las “maravillas” de las Cortes, de altos círculos, de clubes filosóficos, nuestro Artigas no había salido de su tierra, su “escuela” fue en el medio rural, entre el gauchaje y sus actividades, de las que formó parte. Cuando “bajaba” a Montevideo visitaba a sus antiguos maestros, los Padres Franciscanos, que le transmitían el más puro Humanismo.
1813 – Ante el requerimiento de la Constituyente y la orden de su reconocimiento, ya con las dudas planteadas respecto al accionar de las altas esferas en que ha caído el proceso en Buenos Aires, Artigas convoca a los 23 pueblos de la Provincia (ya eliminada la triple jurisdicción de la Banda Oriental bajo el régimen colonial y la estricta subordinación al Virrey) para la reunión de abril. Asistieron alrededor de 20 hacendados, comerciantes, curas, delegados de pueblos y villas. Se inaugura el 5 de abril, lo preside el jefe oriental, vestido con la chaqueta de Blandengue, sin galones, ni charretera, ni espada; simplemente un jefe civil dirigiéndose a una asamblea de hombres libres. Inicia su “oración inaugural” con la palabra Ciudadanos, que implica igualdad, libertad, derechos propios del sistema republicano, que es lo opuesto a súbdito.
¡Vaya con el cambio! Los orientales desde día dejamos, todos por igual, de estar sub debajo de nadie. Cuando elegimos gobernantes, es por voto secreto, no censitario, por tiempo limitado por la Constitución, lo mismo que sus derechos y deberes. Nunca más gobiernos unipersonales, hereditarios, autoritarios o de origen divino. El ya conductor de los orientales en lo ideológico expresa: “Mi autoridad emana de vosotros y cesa ante vuestra presencia soberana”. Idea y acción acordes, en perfecta coherencia. En otra parte de su “oración” dice: “Por desgracia va a contar tres años nuestra revolución y aún falta la salvaguardia general al derecho popular. Estamos aún bajo la fe de los hombres y no aparecen las seguridades del contrato… Es muy veleidosa la probidad de los hombres, sólo el freno de la Constitución puede afirmarla”.
Es la época de las luchas internas, debates entre ideologías opuestas, dudas, miedos, hegemonías, centralismo de Buenos Aires que quiere seguir siendo la capital de siempre. El Congreso propuso a la Constituyente que no la reconocería por obediencia, si por pacto, significa con condiciones (que se las expuso, acordes a la problemática que ya estaba planteada). Por supuesto, Buenos Aires (la Asamblea Constituyente) rechazó a los diputados nombrados por el Congreso del XIII. El plan contenido en las Instrucciones es fundamental para el rechazo de los enviados como diputados: el “nuevo orden” ideado, soñado y luchado por el jefe de los orientales se basaba: sistema federal respetuoso de las autonomías locales, pactos o alianzas interprovinciales como soporte del sistema constitucional republicano, erradicación de la discriminación étnica, libertad religiosa (en toda su extensión imaginable) termina la esclavitud, (todos los hombres son iguales ante la ley), educar al pueblo para que pueda hacer buen uso de la soberanía ganada, de los derechos y deberes adquiridos. No olvidar que la democracia incipiente, que estaba en forma embrionaria, necesitaba formación ciudadana para ejercerla, mantenerla y perfeccionarla. Preocupaba al Patriarca crear escuelas, fundar una biblioteca y especialmente educar a través de Congresos-Asambleas y/o aconsejar por medio de misivas a sus lugartenientes, delegados, amigos; con la valiosa ayuda de curas humanistas-ilustrados formados en lo mejor de las “Nuevas Ideas”.
Enseño con el ejemplo, proclamando valores básicos que defendió constantemente. Conservó siempre el título de simple ciudadano, firmó sin oropeles José Artigas, aunque el pueblo lo llamara General. España le había donado Arerunguá, nunca reclamó, como propias, esas tierras. Idea y acción, siempre permanentes, si hubiese aceptado las propuestas que le ofrecieron, o si se hubiese separado de estas, seguro que no habría sufrido 30 años de exilio.
Instrucciones del año XIII – Fueron entregadas a los diputados electos por el Congreso de abril para presentarse ante la Asamblea General Constituyente, en Buenos Aires. Son recomendaciones que contienen la opinión del pueblo oriental con respecto a la organización del estado a crearse después del fin del régimen colonial en el Río de la Plata.
Síntesis de las ideas contenidas: La 1ª pide la Independencia absoluta de España y de la familia de los Borbones (no olvidar las aspiraciones de Carlota Joaquina). Sistema republicano-federal-influencia de la independencia de EE.UU-Montesquieu. Soberanía popular– influencia de Rousseau, Francia. Separación de Poderes: Montesquieu.
Unidad del estado mediante alianzas o pactos interprovinciales. La tendencia unitaria-monárquica proviene de Europa. La tendencia federal republicana proviene de Estados Unidos. Ambas pugnan, otras veces se mezclan, en el proceso post independencia de América, generando bandos antagónicos.
En 1810, Mariano Moreno tradujo el “Contrato Social”. El unitarismo porteño organizó tres Congresos Constituyentes: 1813-1816-1824. La Constitución argentina de 1853 es Federal. La Constitución uruguaya de 1830 es unitaria, el territorio del estado uruguayo no justifica una federación. La capital federal debe estar fuera de Buenos Aires para evitar que concentrara el poder político, económico y militar.
Liberalismo en diferentes estructuras: económico: habilita puertos, se habilitan los puertos de Colonia y Maldonado, elimina aduanas internas de la federación. Libertad de comercio interprovincial. Religioso: libertad “en toda su expresión imaginable”. Civiles: control del despotismo militar, defensa de los derechos sagrados del hombre. Político: gobierno basado en la voluntad popular. Separación de Poderes.
Especialmente se reclama territorios orientales ocupados por los portugueses (de acuerdo al tratado entre España y Portugal, de San Ildefonso 1777).
1813 – Gobierno Económico de la Provincia Oriental
Primer Gobierno Patrio – Fue un acto de soberanía. Al retornar del Éxodo, Artigas consideró la necesidad de crear una autoridad para la restauración de la campaña. A tal efecto, aprovechó la reunión del Congreso de Tres Cruces para plantear el tema a los representantes de los 23 pueblos de la Provincia Oriental. En la 1ª reunión (5 de abril) propuso el tema. El 20 de abril, deliberan los diputados y resuelven crear un cuerpo municipal que atendiese los males que aquejaban la campaña: desórdenes, abusos y excesos (agréguese el retiro de miles de reses orejanas llevadas por los portugueses para los saladeros riograndenses). Artigas fue designado Gobernador militar, para otros cargos se designaron a personas de arraigo en la Provincia: el 21 de abril se publicó por bando el acta de creación.
Otra decisión importante del Congreso fue proclamar que la Provincia Oriental quedaba constituida, desde el punto de vista político-administrativo y se enunció su extensión geográfica. Quedaba eliminada la triple jurisdicción de la época anterior.
El gobierno de Canelones se preocupó por la extracción de ganado hacia el Brasil, intentó favorecer la agricultura publicando manuales como el del Padre Pérez Castellano. Dispuso de los bienes de emigrados, dándoles en usufructo “a personas que no tuvieran medios de vida”. Respecto al tema económico, se relacionan la aprobación de los “Reglamentos de setiembre de 1815: de tierras y aduanero”.
En diciembre de 1813 cesó la actuación de este gobierno.
Prof. Teresita Pírez