Para prevenirse
Gobierno incorporó test de VPH a pesquisa para prevenir cáncer de cuello de útero
La incorporación del test del virus del papiloma humano (VPH) implica modificaciones en el tamizaje para prevenir y detectar de forma precoz el cáncer de cuello de útero. Hasta ahora se indicaba un estudio citológico conocido como Papanicolau (PAP), para identificar la lesión. Desde agosto de 2024, se solicita el test de VPH, principal causante del tumor, a fin de prevenir el desarrollo de la enfermedad en la mujer.
El cáncer de cuello de útero es 100% prevenible. Sin embargo, en Uruguay, aún se detectan unos 300 casos al año y fallecen unas 136 mujeres por esta enfermedad. Las cifras han descendido, tanto en nuevos casos como en mortalidad. Para profundizar esta tendencia, el Gobierno trabaja en un cambio de paradigma en torno al tema, en que la prevención, a través de un diagnóstico precoz y la vacunación, son la clave. Esto implicó modificaciones en la forma de testear y un ahondamiento de la comunicación con la sociedad acerca de la importancia de vacunarse contra este virus.
Para comprender el porqué del cambio y qué implica, Comunicación Presidencial dialogó con la directora del Programa Nacional de Control del Cáncer (Pronaccan), Marisa Fazzino, médica oncóloga que trabaja desde hace muchos años en el tema, quien explicó el proceso desde su génesis.
EL VIRUS
La infección por VPH, también conocido como HPV, por su sigla en inglés, es la causa más importante por la que se desarrolla este tipo de tumor. El riesgo aumenta cuando se trata de una infección persistente, ya que el solo hecho de portarlo en el cuerpo no implica el desarrollo de la enfermedad. De ahí la importancia de prevenir, porque, con el correr del tiempo, entre 10 y 15 años después de contraerlo, si no se detecta o no se tratan las lesiones precancerosas, podría aparecer el cáncer de cuello de útero. Se trata de una dolencia asintomática, que puede producirse en cualquier persona y se transmite mediante las distintas formas de actividad sexual. Esto implica que no solo puede ocasionar ese tipo de cáncer, sino también otros, como de pene, vulva, ano, boca o garganta. Este es un matiz que la población en general suele desconocer, señaló Fazzino.
GUÍA PIONERA
Tras un intenso trabajo con distintas organizaciones, Uruguay dispone de una nueva guía de práctica clínica, la primera de América Latina focalizada en la prevención primaria contra este virus, que es la vacunación, y en la detección precoz o el tamizaje, que es la realización del test de VPH. Está destinada a los profesionales de la salud que trabajan en el tema.
NUEVO MECANISMO DE DETECCIÓN
La guía anterior establecía que se realizara el PAP a partir de los 21 años. Si era normal, se repetía a los 22 y, luego, cada tres años hasta los 69. Ahora el primer tamizaje o screening se realizará a partir de los 25 años. Luego de los 30, cuando pierde vigencia el PAP, comienza a efectuarse el test de VPH.
La decisión de efectuar el PAP recién a los 25 años se debe a que casi no se registran muertes antes de los 24 y tanto los expertos internacionales como la literatura mundial indican que no se justifica realizarlo antes. No es que ya no se haga este estudio, sino que deja de ser la primera opción para el diagnóstico y solo se realizará en una población específica.
Asimismo, Fazzino explicó que esta flamante guía es la primera de la región que considera el estatus vacunal de las mujeres para el inicio del test de VPH, es decir que, si la adolescente, antes de los 15 años, recibió ambas dosis requeridas o, al menos, la primera antes de cumplir esa edad, se realizará el test de VPH a partir de los 25, con una frecuencia quinquenal hasta los 69. Si la joven no se vacunó antes de los 15 años, recibió la primera dosis después de esa edad o se inoculó por completo, pero después de los 15, deberá realizarse el PAP entre los 25 y 29 (cada 3 años) y luego de los 30 años se efectuará el test de VPH.
La experta señaló que, en este grupo en que se realiza el PAP, se procura evitar el sobrediagnóstico y el sobretratamiento. Asimismo, aclaró que el test del VPH es más sensible, por eso se indica cada cinco años y el PAP cada tres.
La principal diferencia entre ambos procedimientos es que el test de VPH es biomolecular, detecta partículas de ADN y con él se logra diagnosticar la infección del virus, mientras que el PAP confirma, por citología, la presencia de una lesión, o sea, detecta células atípicas.
Para hacer el nuevo estudio, hay distintos tipos de tecnologías. El procedimiento, a cargo del equipo de salud, es de similares características al del PAP. Hay otra opción, mediante autotoma, que, si bien fue incluida en este manual aún no está disponible. Al tratarse de un importante cambio para el país, se considera que, por el momento, es mejor que lo realice el equipo de salud, para que el resultado sea más confiable.
DÍA LIBRE
El decreto presidencial establece que la usuaria del sistema de salud que concurra a realizarse estos estudios estará exonerada de asistir ese día a su trabajo formal, tal como con el PAP. Para justificar la ausencia, el prestador extiende una constancia, lo que la habilita el beneficio previsto por ley.
Además, la normativa vigente a partir de agosto de 2024 dispone que se incorpore este análisis al control de salud o carné de salud.
CUÁNDO Y QUIÉNES VACUNARSE
La Comisión Nacional de Vacunas dispuso que en Uruguay se inocule contra el VPH a personas de entre 11 y 26 años, de ambos sexos, independientemente del inicio de la actividad sexual. La vacuna que ofrece de forma gratuita el MSP es la cuadrivalente, suministrada en dos dosis, con seis meses de diferencia. Está incluida en el certificado de vacunación. Es segura y recomendada, pero no obligatoria, explicó la oncóloga, quien agregó que Uruguay es uno de los pocos países que abarca una amplia gama de edades para la inmunización.
La especialista dijo que se recomienda suministrarla en los primeros años de la adolescencia, ya que es más efectiva antes del inicio de la actividad sexual. Hizo hincapié en la vacunación de varones, ya que, si portan el virus en su cuerpo, cuando son adultos pueden desarrollar cáncer de boca, garganta, pene o ano. Fazzino aseguró que fortalecer la cobertura en ambos sexos es una forma de disminuir la transmisión del virus y, por tanto, la incidencia del cáncer.