Bengoechea: “Larriera nunca estuvo en el ojo de la tormenta de Los Aromos para adentro”

El director deportivo de Peñarol eligió el mejor partido del año y habló del mensaje que se les dio a los futbolistas sobre los arbitrajes.
“Empezamos jugando un Clausura que fue muy difícil porque nunca se sabía cuándo un futbolista podía tener covid y podía aislarse. No colmamos las expectativas y no logramos el objetivo de estar en la definición. La clasificación a copas también fue distinta y Peñarol quedó en la Sudamericana”, fueron las primeras reflexiones de Pablo Bengoechea, director deportivo carbonero, en diálogo con el programa ‘Padre y Decano’ de Radio 1010, con el que repasó su primera año en el nuevo cargo y el presente del equipo.
“Después de un comienzo ahí con Cerro Largo por la Sudamericana, el equipo comenzó a colmar las expectativas. El entrenador se empezó a sentir más cómodo y sus decisiones salían bien. Eso fue dando confianza. A nivel internacional fuimos competitivos. No digo que se colmaran las expectativas porque en un club como Peñarol se colman las expectativas cuando se está en la definición y cuando se logran los títulos. Todos rindieron acorde a las expectativas y se logró el Campeonato Uruguayo”, agregó.
La continuidad de Larriera nunca estuvo en duda
Bengoechea reconoció que el momento más duro fue después de perder el clásico del Torneo Apertura en el Gran Parque Central. “Fue un momento de mucha presión para el plantel y el cuerpo técnico. Lo mediático se transformó en algo muy importante en esas horas y era todo el día escuchar sobre la continuidad del entrenador o no. Eso perjudica para trabajar, pero por suerte Los Aromos ha estado blindado del portón para afuera. Lo que se escuchaba en prensa no influía en Los Aromos y eso fue clave”, añadió.
“Fue importante la actuación del presidente y de sus compañeros de Comisión Directiva en ese momento en el que atendieron a todos los medios, pero del portón para adentro teníamos claro que el entrenador y el plantel tenían toda nuestra confianza. Se venían partidos importantes y teníamos mucha fe en jugadores experimentados y en la camada joven que viene creciendo día a día. No hay dudas de que el resultado en el Parque Central nos dio mucha calma para el partido de vuelta y para lo que quedaba de temporada”, explicó.
Bengoechea ratificó que nunca pensó en un cambio de entrenador, y que Mauricio Larriera “estuvo en el ojo de la tormenta de Los Aromos para afuera, pero para adentro tuvo el apoyo y la tranquilidad para trabajar como él quería”. “En eso resalto la actitud del presidente y sus compañeros de directiva, que en ese momento hicieron lo mismo que nosotros; les transmitimos confianza para que jugaran con toda la fe del mundo esos clásicos”, recordó.
Del éxtasis ante Corinthians a la eliminación con Athletico Paranaense
Bengoechea recordó que el partido que le dio “más ilusión y esperanza, y llenó de confianza a los futbolistas, fue en San Pablo contra Corinthians”. “Ese día hubo rendimientos individuales muy buenos y el equipo como tal se sintió cómodo. Ese partido fue muy importante. En Montevideo contra Corinthians era un partido para confirmar que el de San Pablo no había sido casualidad. Y esos primeros 30 minutos en el Campeón del Siglo fueron de lo mejor que he visto, no sólo analizando a Peñarol, sino al rival que estaba enfrente”, contó.
“Para Corinthians era una final y Peñarol jugó 30 minutos con muchísima autoridad y muy buen fútbol. En media hora hizo tres goles y pegó una pelota en el palo. Fue algo que nos hizo pensar que, si se podía repetir, podíamos tener chances en lo internacional. Luego no llegamos a hacer partidos tan completos, pero a nivel internacional se estuvo a la altura”, reflexionó.
“Contra Athletico Paranaense en dos tiros al arco nos hicieron dos goles. El fútbol tiene esas cosas; uno merece un resultado pero se sigue midiendo por goles, no por chances ni por posesión. En Brasil fue un partido raro porque Peñarol inició teniendo chances claras y Paranaense pasó una vez la mitad de la cancha y fue gol. Después Peñarol siguió teniendo oportunidades, pero en el segundo tiempo Paranaense justificó su clasificación. Tres tiempos fueron muy parejos y con dominio de Peñarol, pero nos tocó quedar eliminados”, analizó.
Los diálogos con el plantel por el arbitraje
Cuando se le preguntó cómo se controlaban los impulsos del plantel ante los arbitrajes que en muchas oportunidades fueron adversos, reconoció que tenía “mucha preocupación”. “Fue obvio y todos nos dábamos cuenta de los errores que hubo. Es imposible no molestarse ni lamentarse y, cuando hay errores tan grandes, pensar que son errores sin querer. Es muy difícil que un futbolista pueda pensar eso”, recordó.
“Nosotros, por la experiencia que tenemos porque hay cosas que ya las vivimos antes, les pedimos que en los 90 minutos se olvidaran de los árbitros porque cuanto menos tiempo se jugara y más se protestara, menos nos favorece. Nosotros tenemos un equipo que necesita que se juegue la mayor cantidad de tiempo de los 90 minutos, y que se juegue al fútbol. Porque de esa forma, más allá de los errores, iban a superar a los rivales”, narró, y consideró que “funcionó muy bien”.
“Más allá de que en algunos de los últimos partidos como River y Progreso no logró victorias, el equipo no se dedicó a protestar aunque hubo jugadas en las que era difícil entender lo que se pitaba. Ellos estaban mentalizados para volver a pararse en su lugar, para volver a quitar la pelota y para atacar con las herramientas que el entrenador les pide. Eso es lo que nos tiene muy contentos a los que estamos en Los Aromos; el grupo creyó en lo que el entrenador le dijo y agarró esas armas como propias para pelear el campeonato”, concluyó.
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