Acuerdo con la COPEG por bichera
Uruguay se asegura el aprovisionamiento de moscas estériles desde Panamá y define últimos detalles del Programa contra el parásito
Para la ganadería las bicheras son un verdadero dolor de cabeza, principalmente en la época de parición, donde la mosca parasita el ombligo de los terneros y las curaciones demandan mucha mano de obra. A su vez, esta parasitosis es identificada como una de las limitantes que le impide crecer al rubro ovino.
Mediante la técnica del insecto estéril (irradiado para que no pueda reproducirse), Uruguay pondrá en marcha este año el Plan de Control y Erradicación de la Bichera o gusano barrenador, con un costo de alrededor de U$S 7,5 millones anuales. Para el funcionamiento del primer año, ya se transfirió la partida desde el Fondo de Enfermedades Prevalentes, que es financiado por los productores hacia el Fideicomiso creado especialmente para el programa.
En silencio, se continúan afinando detalles para soltar las primeras moscas estériles este año, comenzando por el sur, para ir liberando zonas hasta llegar al norte. Las pupas de las moscas estériles, producidas en Panamá, en la planta de irradiación de COPEG -el organismo referente en el mundo para esta parasitosis-, llegarán en forma de pupas y luego las moscas adormecidas serán distribuidas en las zonas elegidas a razón de entre 25 y 30 millones, en dos vuelos semanales de aproximadamente 15 millones de moscas. Esos insectos estériles se cruzarán con la mosca del gusano barrenador sin esterilizar (salvaje), pero no fecundarán, bajando drásticamente la población y la incidencia de las bicheras.
La próxima semana se firmará el convenio entre el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y COPEG, que insume el aprovisionamiento de pupas estériles y la cooperación técnica.
“COPEG tiene la necesidad de contar con seis meses para poder incrementar la producción y poder tener las moscas con las que abastecerá a Uruguay”, explicó a Rurales El País el Coordinador del Programa de Control y Erradicación de la Bichera, Ing. Agr. Romeo Volonté.
Hay años que la lucha contra la bichera demandará US$ 10 o US$12 millones, dependiendo de las condiciones climáticas para que el parásito se desarrolle y de otros aspectos como el tamaño de la zona a liberar.
“El programa está diseñado para que sea bastante estable en el año, entre otras cosas, porque queremos aprovechar la capacidad que tiene la planta de COPEG para producir las moscas que precisa el programa de Uruguay y que es complementario a lo que ellos producen para la dispersión en la barrera que están manteniendo entre Colombia y Panamá”, contó Volonté.
¿Cómo funcionará?
El Plan de Uruguay es a cuatro años. “Se dividirá el país en cuatro zonas, de sur a norte. Una vez limpia la primer zona se pasará a la siguiente en el plazo de un año. La realidad es que eso se verá una vez que se empiece a implementar el programa”, explicó Volonté, que ha sido uno de los seleccionados para ocupar la Gerencia General del mencionado programa. Si bien, originalmente, la planificación manejaba que el saneamiento en cada zona podría llevar seis meses -durante el invierno la mosca no complica-, posteriormente se hizo ajustes que obligaron a ampliar el margen.
“La realidad es que si se está haciendo la dispersión y si el monitoreo no verifica casos significativos, se puede avanzar a la siguiente zona, porque no quiere decir que haya cero bichera para liberarla. El programa tiene mecanismos para ir monitorear y determinar si se está en condiciones de pasar a la siguiente zona antes o después de lo previsto”, argumentó el actual coordinador del Programa de Control y Erradicación de la Bichera.
Se empieza por el sur y el Rio de la Plata y el Atlántico son barreras naturales que siempre las vamos a tener. Luego se correrá la lucha hasta el centro del país y la última zona será el norte. A partir del cuarto año, a partir de que se liberen las cuatro zonas, se pasará a dispensar moscas estériles en una barrera que comprende el límite con Argentina y Brasil. Hay que evitar que ingresen moscas de países vecinos, más allá de los controles de movimientos de animales.
Decisiones
Más allá de los avances, también faltan tomar algunas decisiones antes de poner en marcha el programa, que una vez que comienza no tiene marcha atrás. Eso es que se corrió un poco los plazos de la primera liberación de las moscas estériles que llegarán desde Panamá. “Faltan definir los tiempos de contratación de algún servicio y otros aspectos”, contó Volonté.
Entre esos aspectos está la definición de la base donde se recibirán las pupas, que en un principio se manejó estaría en Santa Bernardina (Durazno), pero también se maneja como alternativa el Aeropuerto de Melilla. No se determinó si será una o dos bases, porque hay que prever el funcionamiento cuando la lucha se corra hacia el norte, que es de las zonas más afectadas por el gusano barrenador del ganado, el causante de las bicheras.
Controles
Una vez liberada una zona, habrá controles sobre los movimientos de ganado para evitar que se vuelva a infestar. “Está definido que los productores tendrán la responsabilidad, a la hora de hacer un traslado y sobre todo cuando haya una zona que todavía esté en dispersión. Lo que habrá que establecer es cuál es la responsabilidad del veterinario y si se va a establecer algo específico para el combate de la bichera. Eso no está definido”, adelantó el coordinar del Programa de Control y Erradicación de la Bichera. Lo que sí estará establecido son algunos puestos de control para verificar documentación que se exigirá durante los traslados de animales y para monitorear que esos animales, tal como dirá la documentación, no tiene presencia de bichera.
“Se están dando los pasos necesarios con el objetivo de fortalecer al programa y tomar las mejores decisiones. A todos nos gustaría empezar cuanto antes, pero hay decisiones que son fundamentales, como ofrecerles a las empresas las condiciones, la contratación de la gente. Estamos abocados en hacer los llamados para comenzar a generar la estructura”, remarcó Volonté.
En Uruguay hay algunas experiencias piloto usando la tecnología del insecto estéril que mostraron muy buenos resultados y probaron que es eficaz. En 2009 se probó que el costo anual de esta parasitosis, medido en mano de obra, mortandad de animales y tratamientos alcanza los US$ 38,4 millones anuales.
Las pupas de las moscas estériles adormecidas llegarán al centro de dispersión.
Qué es la COPEG y por qué es la referente
La Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG) fue creada con el objetivo de planear, diseñar, construir, equipar y operar una planta de producción de moscas estériles del gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) para erradicar y prevenir su reinfestación en Panamá, sin causar daños al medio ambiente. Produce las moscas estériles que cortan el ciclo en una planta que se inauguró en 2006 y puede producir 100 millones de pupas semanales.
Las moscas dormidas aliadas de Uruguay en innovadora lucha
La mosca de la bichera tiene un ciclo corto. Tres días luego de emerger las moscas femeninas comienzan a aparearse y pueden colocar huevos dos días luego de su apareo. Las hembras pueden vivir por más de 30 días bajo condiciones favorables. Bajo condiciones favorables, el promedio del ciclo de vida es aproximadamente 21 días. Las larvas de la mosca son las que parasitan las heridas y causan las bicheras y no importa el tamaño de la herida. En promedio una hembra puede ovipositar aproximadamente entre 200-300 huevos en una masa o en varias. El gusano barrenador del ganado coloca sus huevos solamente en animales vivos. Las larvas emergen de 10-12 horas de depositado el huevo y penetran la herida para alimentarse y a la vez causando aun mayor daño al animal. Luego de aproximadamente una semana de alimentarse, las larvas caen al suelo y penetran al mismo para formar la pupa. Las que llegarán desde Panamá son estériles y pueden sobrevivir por varios meses en temperaturas frías.
¿Cómo es el proceso de producción? Una vez producidas las pupas estériles en Panamá, son enviadas en hieleras identificadas por lotes para su trazabilidad. Posteriormente se colocan en cámaras, en torres de emergencia que permiten que las moscas se desarrollen hasta la madurez y se les da alimento antes de su dispersión. Esto asegura que se libere una mosca estéril de alta calidad para competir con las moscas de salvaje. Las cámaras de emergencia se mantienen a una temperatura de 28-32 C y una humedad de 50%-80%.
Las moscas se mantienen inactivas en un cuarto frío hasta que se cargan en las cajas de dispersión para su liberación aérea.
En el caso de Uruguay, hay que armar toda la infraestructura para recibir las pupas, esperar que emerja la mosca y mantenerlas dormidas en cámaras frías para su posterior dispersión en las zonas elegidas para el saneamiento.
Panamá tiene cuatro puntos de control y detección para evitar que las zonas libres de la mosca se vuelvan a contaminar y seguramente en Uruguay sea similar, porque el programa establece claramente la división territorial en cuatro zonas.
La educación de técnicos y productores, que son los más interesados en terminar con esta parasitosis, es fundamental para un logro permanente. (El País)