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Otra vez la guerra

“Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la Paz”. Constitución de la UNESCO

 

Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

Aprobada en Londres el día 16 de noviembre de 1945 y modificada por la Conferencia General en sus reuniones 2ª, 3ª, 4ª, 5ª, 6ª, 7ª, 8ª, 9ª, 10ª, 12ª, 15ª, 17ª, 19ª, 20ª, 21ª, 24ª, 25ª, 26ª, 27ª, 28ª, 29ª, 31ª y 40ª.

 

“Los gobiernos de los Estados Partes en la presente Constitución, en nombre de sus pueblos, declaran:

Que, puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz;

Que, en el curso de la historia, la incomprensión mutua de los pueblos ha sido motivo de desconfianza y recelo entre las naciones, y causa de que sus desacuerdos hayan degenerado en guerra con harta frecuencia;

Que la grande y terrible guerra que acaba de terminar no hubiera sido posible sin la negación de los principios democráticos de la dignidad, la igualdad y el respeto mutuo de los hombres, y sin la voluntad de sustituir tales principios, explotando los prejuicios y la ignorancia, por el dogma de la desigualdad de los hombres y de las razas;

Que la amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua;

Que una paz fundada exclusivamente en acuerdos políticos y económicos entre gobiernos no podría obtener el apoyo unánime, sincero y perdurable de los pueblos, y que, por consiguiente, esa paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.

Por estas razones, los Estados Partes en la presente Constitución, persuadidos de la necesidad de asegurar a todos el pleno e igual acceso a la educación, la posibilidad de investigar libremente la verdad objetiva y el libre intercambio de ideas y de conocimientos, resuelven desarrollar e intensificar las relaciones entre sus pueblos, a fin de que éstos se comprendan mejor entre sí y adquieran un conocimiento más preciso y verdadero de sus respectivas vidas. En consecuencia, crean por la presente la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con el fin de alcanzar gradualmente, mediante la cooperación de las naciones del mundo en las esferas de la educación, de la ciencia y de la cultura, los objetivos de paz internacional y de bienestar general de la humanidad, para el logro de los cuales se han establecido las Naciones Unidas, como proclama su Carta”.

 

Nuestro planeta esta intensa y extensamente intercomunicado, por tal razón, los habitantes de nuestro mundo estamos terriblemente preocupados, pensando que, ¡otra vez! Una guerra.

Siempre asoma la pregunta de si estamos asistiendo al inicio de una nueva guerra mundial, la 3ª, ¿hasta dónde y hasta cuando los seres humanos seguiremos resolviendo nuestros desacuerdos por la violencia, por la fuerza? ¿es una antinomia constante: ¿Derecho y violencia?

La historia de la Humanidad es historia de guerras, de hombres que se obsesionan con el poder, ¿será que aún se sigue actuando como si los hombres siguen considerándose parte del reino animal, en el que prima la superioridad de la fuerza física? Fuerza física, que, a través del tiempo, se reemplazó por las armas: es victorioso el que posee las mejores y es más diestro en su manejo.

Pasan los tiempos históricos y la supremacía de la fuerza bruta es sustituida por la supremacía intelectual. Aun así, el final de la lucha será vencer a la oposición, destruyéndola y obligándola a renunciar a sus aspiraciones, en la mayoría de los casos, se extermina al adversario y hay efecto disuasivo entre los demás. La historia nos llena de ejemplos de cómo actúa el vencedor: no mata, esclaviza al vencido o lo somete mediante un cálculo de provecho. Pero el vencedor pierde su propia seguridad merced a la sed de venganza del sometido.

Los vencidos se unen, marchan camino al derecho de todos, la unión de la comunidad se organiza para permanecer estable, elabora sus reglamentos y leyes, estrechan sus lazos sentimentales. Hoy la Humanidad está institucionalizada y a través de sus órganos defensores que socavan los ímpetus totalizadores, implantan regímenes democráticos que minan los afanes guerreros de los que no respetan los DDHH.

¡Por favor, que funcionen los caminos instaurados por lo hombres pacifistas! No queremos más guerras, no queremos seguir sufriendo el dolor de saber lo que está pasando el pueblo Ucraniano-Ruso, Israelí-Palestino. pedimos que predomine una cultura de paz promovida por hombres y mujeres de buena voluntad, todos los que trabajan por la cultura, lo hacen por igual contra las guerras.

También decimos que a la vez que luchamos por la paz, lo hagamos por igual buscando soluciones para sacar de la máxima pobreza en que viven millones de seres humanos, obligados a realizar migraciones masivas. ¿No será posible cambiar el gasto que se realiza en armamentismo, por ayuda humanitaria? La historia de la Humanidad nos enseña que los grandes cambios, en su origen fueron utopías.

 

Carta de Albert Einstein a Sigmund Freud

 

El 30 de junio de 1932, Einstein escribe a Freud una carta mostrando su preocupación por la violencia nazi-fascista que se extiende por Europa. En setiembre de 1932, el padre del psicoanálisis le responde al físico, analizando las bases psíquicas del comportamiento y precisando las vías que podrían conducir al cese de los conflictos que dividen a los hombres. Esta correspondencia fue publicada en 1933 con el título ¿Pourquoi la guerré?, por el instituto de Cooperación Intelectual Internacional, que es el precursor de la UNESCO y constituye junto a otros intercambios de opiniones de destacadas personalidades del mundo intelectual de la época, antecedente de la creación de la ONU en 1946. Su fin primordial fue consolidar en la mente de los hombres la búsqueda de la PAZ, cada vez más amenazada. ¡Si tendrá valor el intercambio epistolar entre Freud y Einstein en 1932 y vigencia hoy casi al final del 2023!

Pregunta Einstein a Freud: (síntesis) ¿Existe un medio de librar a los hombres de la amenaza de la guerra? ¿De canalizar la agresividad del ser humano y de armarlo mejor psíquicamente contra sus instintos de odio y de destrucción?

Contesta Freud: (muy sintético) Derecho y violencia son una antinomia, es fácil demostrar que el primero deriva del segundo.

Los conflictos de intereses que surgen entre los hombres se resuelven por la violencia. Así sucede en todo el reino animal, del cual no podría excluirse al hombre. Se suman conflictos de ideas, que llegan a la más alta expresión. La supremacía intelectual comienza a sustituir a la fuerza bruta, pero el objetivo sigue siendo el mismo: el vencido se ve obligado a renunciar a su oposición y reivindicaciones. Lo máximo es cuando la violencia extermina al adversario y actúa como efecto disuasivo (como ejemplo) en lugar de matar, se puede esclavizar (cálculo de provecho al perdonar la vida del vencido).

Los vencidos se unen, marchan hacia el derecho, la unión socava la fuerza de la violencia.

El derecho es la fuerza de la comunidad. Pero sigue existiendo la violencia, con una diferencia: triunfa la fuerza de la comunidad debe organizarse en forma permanente. Cada individuo debe organizarse en forma permanente. Cada individuo debe renunciar a una parte de su libertad para que la vida en común mantenga tranquilidad.

Freud dice que se rebela contra las guerras porque:

-Todo hombre tiene derecho a su propia vida.

-La guerra destruye vidas humanas cargadas de promesas.

– La guerra deshonra al individuo porque lo obliga a matar a su prójimo contra su voluntad.

-Destruye preciosos valores materiales producto de la actividad humana.

 

Prof. Teresita Pírez

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