167 años del nacimiento de Saravia

Se conmemoran en el museo de El Cordobés
Autoridades de la Intendencia de Cerro Largo, relacionadas al Patrimonio y la Cultura, vienen elaborando el calendario de actividades para ese día en la estancia que le perteneció al caudillo.
Estancia EL CORDOBÉS
El Cordobés debe su nombre al arroyo homónimo que lo atraviesa y que marca el límite entre Durazno y Cerro Largo. Fue adquirido en 1872 por Francisco Saravia o Saraiva “don Chico”, el padre de Aparicio. La escritura se firmó en la ciudad de Pelotas. Curiosamente en esos campos y en tiempos de la provincia Cisplatina, vivió Manuel Rollano, primer alcalde de Melo, designado en 1822 por el gobernador Manuel Lecor.
La leyenda cuenta que, en 1876, Aparicio raptó a quien sería su legítima mujer Cándida Díaz y que allí se afincaron desde entonces. El 14 de febrero de 1878 (San Valentín) Aparicio y Cándida se casaron en la iglesia de Santa Clara de Olimar. En junio de ese mismo año nació en El Cordobés, Aparicio su primer hijo, y con una alternancia de año y medio llegarían sus otros cinco descendientes: Nepomuceno, Villanueva, Ramón, Exaltación y Mauro.
La casa principal fue un sueño que Aparicio y Cándida concretaron a comienzos de la década de 1880, luego que Saravia heredara la estancia, unas 970 hectáreas que limitaban al norte con don Prudencio Porciúncula, Manuel Valín y Longino Silvera, por el sur con Ignacio Machado y por el oeste con arroyo El Cordobés. Años más tarde uno de sus vecinos fue su compañero de armas, el también general Basilio Muñoz.
Reimundez es un empresario vial y civil, que también se dedica a restaurar edificios históricos. En su hoja de ruta se encontraba la restauración de la Posta del Chuy en Cerro Largo, el Molino Gramón, varios cascos antiguos de estancias, la casa de Fructuoso Rivera en Durazno y la construcción del Pueblo Gaucho en Maldonado. Trabajó en la reconstrucción de la iglesia Santa Clara de Asís en Santa Clara de Olimar, derrumbada por un temporal en 2016. “Botana me pidió en la fiesta de la Patria Gaucha de 2015 que me encargara de restaurar El Cordobés, que se encontraba en muy malas condiciones”, dijo. “Como blanco y admirador del General no me pude negar”.
Hace dos años que se reinauguró el Cordobés con una inversión de medio millón de dólares. Los trabajos implicaron desmontar techos y pisos de la casa principal, recimentar sus paredes, reparar puertas y herrajes que se encontraban en muy mal estado. Indicó que recorrió buena parte del país para encontrar las vigas de pino blanco y de pinotea que, una vez tratadas, se usaron para reemplazar las que habían sostenido, hasta entonces, el techo de tejas parcialmente perforado por la lluvia y el transcurso de los años. También se cambiaron los pisos y se colocó un sistema de ventilación “serpentina” para evitar que el frío en invierno y el calor en verano lo deterioren. Las puertas y herrajes fueron también objeto de un tratamiento especial que permite hoy lucir como cuando fueron colocados hace casi ciento cincuenta años.
Reimundez, sostuvo que un capítulo especial mereció la restauración de los muebles de la casa. Allí también se contó con la colaboración de artesanos y ebanistas que donaron su trabajo. Otro tanto sucedió con varias de las prendas del General que fueron recuperadas por modistas y zurcidoras.