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“Alonso está preparado para llevar a Uruguay al Mundial, pero el estilo es lo último”, dijo el hoy seleccionador de Gibraltar.

“Alonso está preparado para llevar a Uruguay al Mundial, pero el estilo es lo último”, dijo el hoy seleccionador de Gibraltar.

Julio Ribas se mostró feliz por el nombramiento de Diego Alonso como nuevo entrenador de la selección uruguaya para “algo maravilloso como cuatro partidos a matar o morir”. “Ya están acostumbrados a eso desde mucho antes; desde que tenían 21 años”, recordó el hoy seleccionador de Gibraltar en diálogo con el programa ‘100% Deporte’ de Sport 890, recordando los orígenes del Tornado en Bella Vista. En aquel equipo fue compañero de Darío Rodríguez, otro discípulo de Ribas en aquel cuadro papal que llegó de la B a la Copa Libertadores.

“Siempre es una satisfacción que guerreros con los que uno ha luchado y con los que permanece una amistad estando en lugares diferentes, tengan buenos desempeños y oportunidades de estar en lugares que son importantísimos”, señaló el Gladiador.

 “Eligieron a Alonso como entrenador pero también (Alexander) Medina es una persona con la que vivimos cosas espectaculares y tiene condiciones. Juan Verzeri trabajó tres años conmigo en Liverpool, tres en Juventud y uno en Omán. Los conocí como chicos en su momento y han hecho una carrera excelente”, destacó Ribas sobre quien es asistente de Diego Aguirre, quien hasta último momento también estuvo en carpeta para dirigir a la Celeste.

“Simboliza el recuerdo de una cantidad de guerreros”

“Diego Alonso simboliza el recuerdo de una cantidad de guerreros que han luchado. Tengo una felicidad inmensa. Le deseo toda la alegría y felicidad del mundo para poder llevar a cabo un trabajo que es de cuatro partidos y para el que está capacitado para hacerlo. Con Darío Rodríguez también hemos estado una vida juntos”, contó, y recordó a otros de sus otrora dirigidos que también han hecho carrera como Maximiliano Viera y Julio Fuentes.

“Llegué a Bella Vista en 1997. En 1996 jugó con juveniles y fue sexto en la B. Había un lindo grupo de jugadores, entre los que estaba Diego. Cuando me junté con un dirigente para delinear la planificación del trabajo y del plantel me hablaron de tres jugadores que no querían que estuviera más. Entre ellos estaba Diego Alonso, de quien entendían que había cumplido un ciclo y que tenía una chance de irse a Cerro”, rememoró.

“Lo corté de entrada y le dije que no se iba a ir ningún jugador y que Diego Alonso iba a ser el capitán del equipo. Había otros jugadores importantísimos como Lembo, Giacomazzi, Berbia, Pumar, Casanova y Pilipauskas; todos jóvenes que querían demostrar que no estaban para jugar en la B. Empezamos a trabajar con la ilusión de ser campeones de la B para jugar en la A”, contó, y por entonces vaticinó que jugarían una final en el Centenario contra un grande, tal como ocurrió en la Liguilla de 1998 con victoria 1-0 sobre Peñarol.

“La gente tiene un concepto equivocado de lo que es ser ganador. Ser ganador es una artesanía que se hace día a día y año a año. No sólo adentro de la cancha, porque terminó siendo el goleador, sino también su figura como capitán fue fundamental para tener el liderazgo. Eso Diego lo cumplió a las mil maravillas y cuando estuve en Peñarol lo llevé”, recordó Ribas.

“Ese Bella Vista lo vivimos con mucha intensidad y tuvimos a todo el mundo en contra. Nos llamaban ‘la secta’ y eso edificó un pensamiento. Bebió de esos principios, de esos valores y de esa filosofía de vida de querer ganar y ser el mejor. Y cuando dejó de ser jugador y pasó a ser entrenador, le dio la impronta que todo jugador tiene que tener cuando pasa a ser entrenador”, contó.

“Está preparado para llevar a Uruguay al Mundial”

Sobre el Alonso director técnico, Ribas aclaró que no cree que tenga cosas de él “porque eso es un error” y porque “cada uno tiene su impronta personal”. “Lo importante es que la inspiración y la motivación que yo le haya dado desde joven le haya servido para desarrollarse como entrenador. Después no me fijo en cosas que se fijan los periodistas y la gente como el estilo y la moda. No me interesa eso”, puntualizó.

“Me interesan los principios y los valores fundamentales que te hacen ser un triunfador como entrenador, y van mucho más allá de la forma de jugar. Eso es lo último. Son las tejas en el techo de una casa hecha con cimientos fuertes y valorables. Ahora va a jugar cuatro partidos y el estilo no tiene nada que ver. Son cuatro partidos que tenés que ganar si querés ir al Mundial y Alonso está preparado para hacerlo, pero no entra el estilo”, apuntó.

Ribas cree que el estilo no importa “primero porque ser entrenador de una selección es distinto a un equipo porque no hay tiempo de trabajo”, y cree que “hay otro trabajo que hay que hacer y no es el de cancha”. “Y segundo, porque ya no importa nada; si entrás de pantalón chupín, de zapatos puntiagudos o con una bolsa de arpillera. Tenés que ganar cuatro partidos y llevar a Uruguay a un Mundial”, añadió.

“Tenés que llevar a Uruguay al Mundial y a partir de ahí vas a desarrollar un estudio y vas a ver qué es lo que podés hacer, porque no tenés tiempo de trabajo. El tema del estilo y del juego viene con el tiempo, con el proceso y con el crecimiento de los jugadores. Hay que tener una visión mucho más grande que esa. Muchas veces que en los clubes y en las selecciones los tiempos no son iguales. Muchas veces tenés que ganar para jugar bien y a veces es diferente; tenés que jugar bien para ganar. No hay una receta única”, concluyó.

FútbolUy.

Julio Ribas se mostró feliz por el nombramiento de Diego Alonso como nuevo entrenador de la selección uruguaya para “algo maravilloso como cuatro partidos a matar o morir”. “Ya están acostumbrados a eso desde mucho antes; desde que tenían 21 años”, recordó el hoy seleccionador de Gibraltar en diálogo con el programa ‘100% Deporte’ de Sport 890, recordando los orígenes del Tornado en Bella Vista. En aquel equipo fue compañero de Darío Rodríguez, otro discípulo de Ribas en aquel cuadro papal que llegó de la B a la Copa Libertadores.

“Siempre es una satisfacción que guerreros con los que uno ha luchado y con los que permanece una amistad estando en lugares diferentes, tengan buenos desempeños y oportunidades de estar en lugares que son importantísimos”, señaló el Gladiador.

 “Eligieron a Alonso como entrenador pero también (Alexander) Medina es una persona con la que vivimos cosas espectaculares y tiene condiciones. Juan Verzeri trabajó tres años conmigo en Liverpool, tres en Juventud y uno en Omán. Los conocí como chicos en su momento y han hecho una carrera excelente”, destacó Ribas sobre quien es asistente de Diego Aguirre, quien hasta último momento también estuvo en carpeta para dirigir a la Celeste.

“Simboliza el recuerdo de una cantidad de guerreros”

“Diego Alonso simboliza el recuerdo de una cantidad de guerreros que han luchado. Tengo una felicidad inmensa. Le deseo toda la alegría y felicidad del mundo para poder llevar a cabo un trabajo que es de cuatro partidos y para el que está capacitado para hacerlo. Con Darío Rodríguez también hemos estado una vida juntos”, contó, y recordó a otros de sus otrora dirigidos que también han hecho carrera como Maximiliano Viera y Julio Fuentes.

“Llegué a Bella Vista en 1997. En 1996 jugó con juveniles y fue sexto en la B. Había un lindo grupo de jugadores, entre los que estaba Diego. Cuando me junté con un dirigente para delinear la planificación del trabajo y del plantel me hablaron de tres jugadores que no querían que estuviera más. Entre ellos estaba Diego Alonso, de quien entendían que había cumplido un ciclo y que tenía una chance de irse a Cerro”, rememoró.

“Lo corté de entrada y le dije que no se iba a ir ningún jugador y que Diego Alonso iba a ser el capitán del equipo. Había otros jugadores importantísimos como Lembo, Giacomazzi, Berbia, Pumar, Casanova y Pilipauskas; todos jóvenes que querían demostrar que no estaban para jugar en la B. Empezamos a trabajar con la ilusión de ser campeones de la B para jugar en la A”, contó, y por entonces vaticinó que jugarían una final en el Centenario contra un grande, tal como ocurrió en la Liguilla de 1998 con victoria 1-0 sobre Peñarol.

“La gente tiene un concepto equivocado de lo que es ser ganador. Ser ganador es una artesanía que se hace día a día y año a año. No sólo adentro de la cancha, porque terminó siendo el goleador, sino también su figura como capitán fue fundamental para tener el liderazgo. Eso Diego lo cumplió a las mil maravillas y cuando estuve en Peñarol lo llevé”, recordó Ribas.

“Ese Bella Vista lo vivimos con mucha intensidad y tuvimos a todo el mundo en contra. Nos llamaban ‘la secta’ y eso edificó un pensamiento. Bebió de esos principios, de esos valores y de esa filosofía de vida de querer ganar y ser el mejor. Y cuando dejó de ser jugador y pasó a ser entrenador, le dio la impronta que todo jugador tiene que tener cuando pasa a ser entrenador”, contó.

“Está preparado para llevar a Uruguay al Mundial”

Sobre el Alonso director técnico, Ribas aclaró que no cree que tenga cosas de él “porque eso es un error” y porque “cada uno tiene su impronta personal”. “Lo importante es que la inspiración y la motivación que yo le haya dado desde joven le haya servido para desarrollarse como entrenador. Después no me fijo en cosas que se fijan los periodistas y la gente como el estilo y la moda. No me interesa eso”, puntualizó.

“Me interesan los principios y los valores fundamentales que te hacen ser un triunfador como entrenador, y van mucho más allá de la forma de jugar. Eso es lo último. Son las tejas en el techo de una casa hecha con cimientos fuertes y valorables. Ahora va a jugar cuatro partidos y el estilo no tiene nada que ver. Son cuatro partidos que tenés que ganar si querés ir al Mundial y Alonso está preparado para hacerlo, pero no entra el estilo”, apuntó.

Ribas cree que el estilo no importa “primero porque ser entrenador de una selección es distinto a un equipo porque no hay tiempo de trabajo”, y cree que “hay otro trabajo que hay que hacer y no es el de cancha”. “Y segundo, porque ya no importa nada; si entrás de pantalón chupín, de zapatos puntiagudos o con una bolsa de arpillera. Tenés que ganar cuatro partidos y llevar a Uruguay a un Mundial”, añadió.

“Tenés que llevar a Uruguay al Mundial y a partir de ahí vas a desarrollar un estudio y vas a ver qué es lo que podés hacer, porque no tenés tiempo de trabajo. El tema del estilo y del juego viene con el tiempo, con el proceso y con el crecimiento de los jugadores. Hay que tener una visión mucho más grande que esa. Muchas veces que en los clubes y en las selecciones los tiempos no son iguales. Muchas veces tenés que ganar para jugar bien y a veces es diferente; tenés que jugar bien para ganar. No hay una receta única”, concluyó.

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