Cerro Largo tiene una senadora por adopción

Gloria Rodríguez es de Cerro Largo pero electa por Montevideo
En 1991 Gloria Rodríguez se separó de su esposo y viajó de Cerro Largo a Montevideo para rehacer su vida, y para darle mejores condiciones de atención a la salud de unos de sus dos hijos. Llegó además con su bisabuela de 97 años y un perro, Jacinto. Al principio no tenía trabajo y con una herencia compró una casa en Malvín Norte, una zona donde la pobreza era el denominador común.
Su padre, que fue policía y mimbrero, conocía al dirigente del Partido Nacional en Melo, Jorge Silveira Zabala, y de esa experiencia incorporó la ideología. “En su casa se hablaba de política y la divisa blanca era algo común para ella. Ser nacionalista en Melo era, si se quiere, fácil. Pero cuando se instaló en la periferia de Montevideo, donde el Frente Amplio fue mayoría desde hace décadas, esa comodidad se terminó y, de ser una entre tantos, pasó a ser un bicho raro que hablaba de los blancos”, dijo.
Peripecias por ser negra
Gloria no podía ir a bailar al Club Unión de Melo cuando era adolescente porque en él, por estatuto, no podían entrar negros. Pero como siempre había sido así, nadie osaba discutirlo. Era lo natural. En el Club Uruguay los que no entraban eran los blancos. Parece cosa de Mississippi, pero sucedía en Cerro Largo, Uruguay, hace 30 o 40 años.
Cuando la actual senadora terminó sexto de bachillerato fue al “Unión” junto con sus compañeros, al baile de graduación. Como era un evento organizado por el liceo no le impidieron la entrada, pero las miradas de los funcionarios -recuerda ella, vaya a saber qué pasaba por la cabeza de ellos- la hicieron sentir tan incómoda que se quedó toda la noche sentada. «Ese día creo que fue cuando tomé conciencia de que había que hacer algo para cambiar eso», recuerda hoy, muchos años y camino recorrido después. Es la primera mujer afrodescendiente que ocupa un lugar en el Parlamento uruguayo. Todavía no hay registro ni de hombres ni de mujeres de igual condición en el Senado. Ella dice que, pese a lo que muchas veces nos parece, la nuestra «es una sociedad sumamente racista».
Nacida en Melo e hija de un policía
“Mi padre antes fue mimbrero, una actividad que en el interior era muy común. Iba al monte a cortar la materia prima, la cocinaba, la pelaba y luego hacía muebles: mesas, sillas, muchísimas cosas. Era un artesano. Ahora me pongo a pensar que ese trabajo manual, tan prolijo, hoy no lo vemos. Porque no eran cestas, sin desmerecer ese trabajo, eran muebles. Mi padre fabricaba muebles de mimbre. Y después sí, fue policía. Mi mamá también trabajó años como empleada doméstica, hasta que ya mi padre pudo mantener el hogar”
En Cerro Largo, y más en aquella época, difícil no ser blanco
“Ahora es difícil no ser blanco. Estuve hace pocos días en Melo, es divino hacer política para quienes somos del Partido Nacional. Todas las autoridades son del Partido, Cerro Largo es un departamento blanco. Mi papá hizo política siempre en el herrerismo, en la lista 22 con Jorge Silveira Zabala, Juan de la Cruz. Mi mamá no, no tengo recuerdos de ella haciendo política, más allá de ir a votar. El día de las elecciones en mi casa se organizaban asados, esas cosas muy clásicas del interior, y ella se dedicaba a atender a las personas que llegaban, pero nunca militó”.